lunes, 18 de mayo de 2015

Paciencia y cosas de casa

Empecé a seguir al Real Madrid de baloncesto en el año 2008, con los últimos partidos de Plaza y la llegada de Messina a la sección en el 2009, precediendo a la de Mourinho en el fútbol la temporada posterior. El señor Florentino Pérez quería a los "mejores" entrenadores en sus dos secciones. El tiempo enseñó al presidente del Madrid que a veces es mejor no fichar por nombre y revolucionar una plantilla año sí, año también.

Mucho ruido y pocas nueces.




Con Ettore Messina en el banquillo comenzó una segunda edad oscura en el basket madridista, culminada con la dimisión del técnico italiano el 4 de Marzo de 2011 tras ser apabullados en casa en un partido intrascendente por el Montepaschi Siena. Curiosamente, con su ayudante Lele Molin al mando, el equipo consiguió clasificarse para la Final Four por primera vez desde el año 1996. A pesar de todo, el conjunto blanco fue barrido por el Maccabi Tel-Aviv primero y por el Montepaschi Siena en la disputa del partido por el tercer y cuarto puesto. Sin embargo el descalabro fue total en los playoffs de la ACB. Tras  terminar segundos en la fase regular a un solo partido del líder, el FC Barcelona, el Real Madrid elimina al Fuenlabrada en los cuartos de final y se enfrentará en "semis" a su particular pesadilla de la temporada, el Bilbao Basket, que sorprendentemente eliminó al Valencia por 2-0. La debacle sucedió y los bilbaínos eliminaron por 3-1 al Madrid, privándolos de disputar la final por el título contra el eterno rival.

Hacía falta un cambio, Molin no iba a continuar, había sido un parche, y la retahíla de nombres con la que se especulaba era infinita. Cual fue la sorpresa de muchos al resultar elegido como nuevo técnico el vitoriano Pablo Laso, que venía de salvar al Lagun Aro del descenso. Si bien Laso conocía la casa blanca como jugador, su experiencia como técnico aún era corta. Las críticas no se hicieron esperar, antes de siquiera haber entrenado su primer partido ya muchos lo querían fuera del banquillo blanco, reclamando a un técnico contrastado (recordemos que Messina lo era...).

El vitoriano dotó de identidad a un equipo que carecía de ella.


En su primera temporada, muchas cosas cambiaron. Desde el principio, el juego era más ofensivo y alegre en comparación con el defensivo y rácano Messina. Además se ganó la Copa del Rey 19 años después, destrozando en la final al FC Barcelona que se presentaba como anfitrión. En los playoffs, se perdió en la final contra el Barça por 3-2 pero dando una gran imagen y haciendo explotar todas las virtudes de Sergio Rodríguez, jugador relegado al ostracismo por el técnico transalpino debido a sus carencias defensivas. Ya en su primer año, el vitoriano consiguió alzarse con su primer trofeo, si bien lo más importante fue que desde entonces el equipo tenía un estilo, una identidad que ya no volvería a perder.

La temporada 2012-2013 sirvió para establecer al Real Madrid en la élite del baloncesto europeo por primera vez en más de 15 años. La llegada de Rudy Fernández, unida a la explosión de Nikola Mirotic formaron un equipo reconocible para el aficionado, con jugadores nacionales y qué practicaba un baloncesto alegre, que no especulaba con el marcador y que lo daba todo en cada posesión. Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Rudy Fernández, Carlos Suárez, Felipe Reyes y Nikola Mirotic. 6 españoles con peso en el vestuario. La continuidad del proyecto hizo llegar los primeros resultados con el título de Liga ACB contra el FC Barcelona y la llegada a la final de la Euroliga, que acabó perdiéndose por 100-88 contra el Olympiakos de un soberbio Spanoulis, demostró que en un baloncesto europeo donde todo gira alrededor de las defensas, había hueco para el "run & gun". (Ya hablé de esto aquí.)


Lance de la Final de la Euroliga de 2013 disputada en Londres.


La temporada pasada se volvió a conquistar la Copa del Rey y se llegó de nuevo a la final por el cetro continental, cayendo esta vez contra el Maccabi Tel-Aviv en la primera final con prórroga de la historia. El equipo practicó el mejor baloncesto de Europa y consiguiendo victorias, haciendo un juego bonito, pero se llegó al tramo final de temporada sin gasolina. En la final de la Liga ACB, los de Madrid cayeron ante el eterno rival por 3-1.

Los críticos olieron la sangre y se lanzaron a la yugular de un Real Madrid herido. A pesar de haber jugado el mejor baloncesto visto en Europa en la última década, si no en aún más tiempo, los únicos títulos conseguidos fueron una intrascendente Supercopa de España y la Copa del Rey. Pablo Laso volvía a ser el foco de las críticas: que no daba la talla a nivel táctico, que no supo gestionar al equipo, que no se puede ganar la Euroliga jugando a anotar más que el rival, etc. Sorprendentemente, el vitoriano siguió a los mandos del equipo de cara a una temporada en la que la Final Four se disputaría en Madrid. Era una obligación por tanto, participar en ella. En verano llegaron una serie de jugadores, todos ellos muy criticados por buena parte del madridismo antes de, una vez más, debutar siquiera con la elástica blanca: Nocioni está viejo, Campazzo es muy bajo, Rivers es un anotador de perfil bajo y no defiende, Maciulis no sirve para un Madrid, Ayón solo viene porque no vale para la NBA, etc.

De izda a dcha: Gustavo Ayón, Facundo Campazzo,
Andrés Nocioni, K.C. Rivers y Jonas Maciulis


Ayer, domingo 17 de Mayo de 2015, el Real Madrid se proclamó campeón de la Euroliga por primera vez en los últimos 20 años. Andrés Nocioni fue nombrado MVP de la final, Rivers metió un 5 de 6 en triples en la semifinal y Ayón valoró 30. Maciulis fue clave en la final y Pablo Laso dió una lección de táctica, control y gestión del partido que nadie se esperaba.

Quizás la diosa Fortuna haya sido un poco perezosa con el Real Madrid de Laso, pero tanto ha ido el cántaro a la fuente, que al final tenía que romperse. Este triunfo supone el colofón a un proyecto iniciado con la contratación de un entrenador de la casa, humilde y trabajador que poco a poco ha creado no solo un gran equipo de baloncesto, si no un grupo humano que se ha apoyado desde el primer momento trabajando todos juntos hacia una meta, devolver al Real Madrid a lo más alto del baloncesto europeo.

Esperemos que se hayan disipado todas las dudas sobre quien debe entrenar a este equipo y sobre la validez de los jugadores que conforman la plantilla.

Enhorabuena Pablo, enhorabuena madridismo.


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